Los dos temas principales de Pablo: La Integridad del Evangelio confiado o encargado él y la Solidaridad de Judíos y Gentiles, aparecen ya en la primera mitad del capítulo 1. Pablo llama ‘Buenas Nuevas’ al Evangelio de Dios; y ‘apartado para el Evangelio de Dios’ porque EL es su autor y también el ‘Evangelio de Su Hijo’( a quién sirvo en mi espíritu en el Evangelio de Su Hijo)…porque El es su sustancia.
En los versículos del 1 al 5 se enfoca en la persona de Jesucristo, hijo de David por descendencia y poderosamente declarado Hijo de Dios por la resurrección. En el versículo 16 se enfoca en su obra, su labor, ya que el Evangelio es Poder de Dios para la salvación de todo el que cree, ‘primero para el Judío y después para el Gentil’. En medio de estas sucintas declaraciones del Evangelio, Pablo busca establecer una relación personal con sus lectores. El está escribiendo ‘ a todos en Roma’ (7) que son creyentes; independientemente de su origen étnico, aunque él sabía que la mayoría eran gentiles. (13). Agradece a Dios por ellos, ora constantemente por ellos, anhela verles y ha tratado muchas veces (sin éxito) de visitarlos (8-13). Se siente bajo obligación de predicar el Evangelio en la ciudad capital del mundo. En verdad está ansioso de hacerlo, porque, en el Evangelio la manera de justificar lo injustificable ha sido revelada (14 -17).
La Ira de Dios (1:18 al 3:20).
La revelación de la justicia de Dios en el Evangelio es necesaria a causa de la revelación de su ira contra la injusticia (18). La ira de Dios, su puro y perfecto antagonismo hacia el mal, es dirigido contra todos aquéllos que deliberadamente suprimen lo que saben que es verdad y es recto, para seguir su propio camino. Porque todos tienen algo de conocimiento de Dios y de la bondad, ya sea a través del mundo creado (19s), o a través de la conciencia (32), o a través de la ley moral escrita en los corazones humanos (2:12s) o a través de la ley de Moisés entregada a los Judíos (2:17s). Así el apóstol divide la raza humana en tres secciones:
_ La depravada sociedad pagana (1:18-32).
_ Los críticos moralizadores, sean Judíos o sean Gentiles., y
_ Los ‘bien- instruidos’ –-‘auto confidentes’ Judíos (2:17 al 3:8).
El concluye entonces, acusando a toda la raza humana, (3:9 al 20). En cada caso su argumento es el mismo, que nadie, ninguno cumple el conocimiento que él o ella tiene (¿?????). Aún los privilegios especiales de los Judíos no les eximen del juicio divino. No, ‘Judíos y Gentiles igualmente están todos bajo el pecado’ (3:9), “porque Dios no muestra favoritismo” (2:11). Todos los seres humanos son pecadores, culpables y sin excusa ante Dios. El cuadro es de una desconsoladora oscuridad.
La gracia de Dios (3:21 al (.39)
El “Pero ahora” del 3:21 es uno de los grandes adversativos (indica oposición de sentido) de la Biblia. Porque la luz del Evangelio ha alumbrado, ha brillado, Pablo de nuevo lo llama ‘ la justicia de ( o desde) Dios (como en 1:17), esto es, la (su) justa justificación de lo injusto. Esto es posible solamente a través de la cruz, en la cual Dios ha demostrado su justicia (3:35s) como también su amor (5:8) y ellos están a disposición de “todo el que cree” (3:22) sea Judío o sea Gentil. Para explicar la cruz, Pablo recurre a las palabras claves ‘propiciación’, ‘redención’ y ‘justificación’. Y después responde a las objeciones Judías (3:27 al 31) y argumenta por qué la justificación es por fe solamente, no puede haber jactancia, ostentación ante Dios, ni discriminación entre Judíos y Gentiles y tampoco desprecio por la Ley.
Romanos 4 es un brillante ensayo en el cual Pablo prueba que Abraham, el padre fundador de Israel él mismo fue justificado, ni por sus obras (4-8), ni por su circuncisión (9-12), ni por la Ley (13-15)…sino por la fe. En consecuencia Abraham es ahora ‘el padre de todos los creyentes’ independientes si son Judíos o Gentiles (11,16,25). La imparcialidad divina es evidente. Habiendo establecido que Dios justifica aún al malo, por la fe (4-5). Pablo declara las grandes bendiciones gozadas por su pueblo justificado (5:1 al 11). Por lo tanto, él comienza, tenemos paz con Dios, estamos parados, establecidos en su gracia y nos alegramos en la perspectiva de ver y compartir su gloria. Aún los sufrimientos no afectan nuestra confianza, porque el amor de Dios el cual tanto ha derramado en nuestros corazones, por su Espíritu (5) como probado en la cruz por Su Hijo (8). Ha causa do lo que Dios ha – ya- hecho por nosotros, queremos decir que ‘seremos salvos en el último día’ (9-10)
Preguntas del Contenido de la lección:
1. ¿En cuántas y en cuáles secciones divide Pablo a la humanidad?.
2. ¿Qué importancia le entiende Ud. a la expresión…’Pero ahora’…?
3. ¿A qué palabras recurre Pablo para explicar ‘la cruz’ ¿
En los versículos del 1 al 5 se enfoca en la persona de Jesucristo, hijo de David por descendencia y poderosamente declarado Hijo de Dios por la resurrección. En el versículo 16 se enfoca en su obra, su labor, ya que el Evangelio es Poder de Dios para la salvación de todo el que cree, ‘primero para el Judío y después para el Gentil’. En medio de estas sucintas declaraciones del Evangelio, Pablo busca establecer una relación personal con sus lectores. El está escribiendo ‘ a todos en Roma’ (7) que son creyentes; independientemente de su origen étnico, aunque él sabía que la mayoría eran gentiles. (13). Agradece a Dios por ellos, ora constantemente por ellos, anhela verles y ha tratado muchas veces (sin éxito) de visitarlos (8-13). Se siente bajo obligación de predicar el Evangelio en la ciudad capital del mundo. En verdad está ansioso de hacerlo, porque, en el Evangelio la manera de justificar lo injustificable ha sido revelada (14 -17).
La Ira de Dios (1:18 al 3:20).
La revelación de la justicia de Dios en el Evangelio es necesaria a causa de la revelación de su ira contra la injusticia (18). La ira de Dios, su puro y perfecto antagonismo hacia el mal, es dirigido contra todos aquéllos que deliberadamente suprimen lo que saben que es verdad y es recto, para seguir su propio camino. Porque todos tienen algo de conocimiento de Dios y de la bondad, ya sea a través del mundo creado (19s), o a través de la conciencia (32), o a través de la ley moral escrita en los corazones humanos (2:12s) o a través de la ley de Moisés entregada a los Judíos (2:17s). Así el apóstol divide la raza humana en tres secciones:
_ La depravada sociedad pagana (1:18-32).
_ Los críticos moralizadores, sean Judíos o sean Gentiles., y
_ Los ‘bien- instruidos’ –-‘auto confidentes’ Judíos (2:17 al 3:8).
El concluye entonces, acusando a toda la raza humana, (3:9 al 20). En cada caso su argumento es el mismo, que nadie, ninguno cumple el conocimiento que él o ella tiene (¿?????). Aún los privilegios especiales de los Judíos no les eximen del juicio divino. No, ‘Judíos y Gentiles igualmente están todos bajo el pecado’ (3:9), “porque Dios no muestra favoritismo” (2:11). Todos los seres humanos son pecadores, culpables y sin excusa ante Dios. El cuadro es de una desconsoladora oscuridad.
La gracia de Dios (3:21 al (.39)
El “Pero ahora” del 3:21 es uno de los grandes adversativos (indica oposición de sentido) de la Biblia. Porque la luz del Evangelio ha alumbrado, ha brillado, Pablo de nuevo lo llama ‘ la justicia de ( o desde) Dios (como en 1:17), esto es, la (su) justa justificación de lo injusto. Esto es posible solamente a través de la cruz, en la cual Dios ha demostrado su justicia (3:35s) como también su amor (5:8) y ellos están a disposición de “todo el que cree” (3:22) sea Judío o sea Gentil. Para explicar la cruz, Pablo recurre a las palabras claves ‘propiciación’, ‘redención’ y ‘justificación’. Y después responde a las objeciones Judías (3:27 al 31) y argumenta por qué la justificación es por fe solamente, no puede haber jactancia, ostentación ante Dios, ni discriminación entre Judíos y Gentiles y tampoco desprecio por la Ley.
Romanos 4 es un brillante ensayo en el cual Pablo prueba que Abraham, el padre fundador de Israel él mismo fue justificado, ni por sus obras (4-8), ni por su circuncisión (9-12), ni por la Ley (13-15)…sino por la fe. En consecuencia Abraham es ahora ‘el padre de todos los creyentes’ independientes si son Judíos o Gentiles (11,16,25). La imparcialidad divina es evidente. Habiendo establecido que Dios justifica aún al malo, por la fe (4-5). Pablo declara las grandes bendiciones gozadas por su pueblo justificado (5:1 al 11). Por lo tanto, él comienza, tenemos paz con Dios, estamos parados, establecidos en su gracia y nos alegramos en la perspectiva de ver y compartir su gloria. Aún los sufrimientos no afectan nuestra confianza, porque el amor de Dios el cual tanto ha derramado en nuestros corazones, por su Espíritu (5) como probado en la cruz por Su Hijo (8). Ha causa do lo que Dios ha – ya- hecho por nosotros, queremos decir que ‘seremos salvos en el último día’ (9-10)
Preguntas del Contenido de la lección:
1. ¿En cuántas y en cuáles secciones divide Pablo a la humanidad?.
2. ¿Qué importancia le entiende Ud. a la expresión…’Pero ahora’…?
3. ¿A qué palabras recurre Pablo para explicar ‘la cruz’ ¿
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